Es tan hermosa que da miedo mirarla,
miedo a no ver en el dia
algo tan bello, tan sublime, tan amable
que, como ella, me deje sin respiración
mientras se me llena el pecho de alegría,
previo momento a mi reacción
que no es otra, sino,
que la absurda maldicion
de mi incapacidad de decir
con adecuada pasion
lo necesario para que me quiera
y piense en mi, como en ella, yo.
Pues son palabras las que me faltan
cuando solo besos quiero darle,
tambien mesura me hace falta
al no poder dejar de mirarle.
Perderia el tiempo si no la miro,
tambien lo haria si no le hablo,
si no es para ella
para quien seria el tiempo,
cuando se encuentra uno a su lado?
Y tan rapido todo pasa
que no he dado un parpadeo,
y ya va rumbo a su casa,
rumbo a brazos ajenos.
y los mios frios quedan
sin envidia ni celos,
frios quedan aguardando
otro efimero reencuentro.
Carlos Silez