Mis ojos para ti, están cerrados,
como en una eterna sepultura.
Eterno pecado que conoce
a la muerte, por quererte, así ha
sido mi mala suerte, al querer
ver y no ver, cansado esperando.
Con el amor se ha marchado mi
suerte, cansada de esperar y
no verte, donde has estado siempre.
Ojos, cerrados eternamente,
y que nunca volverán a verte.
Rafael Pablo