Soñé contigo anoche, soñé que tú me amabas,
cobijada en tus brazos llegué hasta la mañana
y un bello sol radiante, cruzaba la ventana
y en susurros decía, que tú a mí me adorabas.
Borracho de alegría, por nuestro amor brindabas,
y yo bailaba rumba, con aires de gitana
haciendo remolinos con una filigrana
que colgué de tu cuello, para ver si bailabas.
Pero se fue la noche, con ella se fue el sueño,
y volvió crudamente la verdad de mi vida,
y el dolor nuevamente, se fue haciendo mi dueño.
¡Que vuelvan mis colores, que me siento perdida!
En sembrar alegría pongo todo mi empeño,
me siento destrozada, pero ¡jamás! rendida.