Era apenas una niña cuando escuchaba
esas palabras que tanto daño me hacían,
pero Vos no te dabas cuenta.
¡ Nadie quiere a las negras ! ,
eso me decías y yo aprendí a odiar el sol,
a no querer que el sol toque mi piel porque
no quería ser negra ,
porque me enseñaste que a las negras no las quiere nadie,
y ¡ YO QUERÍA QUE ME QUIERAN !
¡ Cuánto daño nos hicieron tus palabras !
comencé a no quererme por ser morena,
pero nada podía hacer para remediarlo,
solo evitar que mi piel se oscurezca aún más;
recuerdo los días calurosos que me pasaba abrigada solo
para que no me queme el sol,
también recuerdo que me sentía extraña al tener que decir
que sentía frío porque me daba verguenza confesar que no
quería que el sol me queme,
un buen día decidí que el sol iba a gustarme y que verdaderamente
ya no importaba si mi piel se doraba o no,
un buen día aprendí a liberarme de tantas palabras sin sentido
que había guardado en mi mente,
¡ Cuántos días de sol me perdí por una idea tan idiota !
como si el color de la piel fuera importante,
no se mira con los ojos, hoy se mira con el corazón.
Yo era una niña, estaba entrando en mi adolescencia
y no te dabas cuenta pero sufría muchísimo,
tantas palabras feas nos dijiste que hasta
me he creído la peor hija de todas.
Todo lo que me sucedía con mi cambio hormonal
era considerado un pecado y hasta creía que enamorarme
era malo y también que no lo merecía.
Madre, no te diste cuenta que aprendí a quererme
recién cuando nacieron mis hijos y
cuando tuve que crecer con Ellos, y
aún lo sigo haciendo, vivo aprendiendo más
de la vida con mis hijos y sorprendiéndome a diario.
Viviendo con tres soñadores es difícil que no intente ser
la mujer maravilla !
Muchas veces las madres no nos damos cuenta
del daño que provocan las palabras que usamos con nuestros hijos,
deberían obligarnos a no sembrar semillas negativas
en sus pensamientos, deberían enseñarnos a utilizar
mejor las palabras que salen de nuestra boca,
porque esos pensamientos que vamos sembrando
un día pueden desencadenar en lo peor.
¡ Yo no quería vivir ! ,
Era un sufrimiento para mí comenzar un nuevo día,
tan mal la pasé que mi cuerpo decidió enfermarse,
tan mal la pasé que muchas veces pensé en la mejor forma
de morir...
pero por suerte hoy eso ya forma parte de un pasado
cerrado y perdonado, un pasado que solo he traído hoy
para que entendamos el poder que tienen las palabras.
Ya no me duelen las palabras que me decían,
sigo aprendiendo todos los días a quererme
un poquito más porque esa es la mejor forma
de vivir, mirando hacia adelante y creyendo que
hay un mañana mejor y también creyendo
que un día de sol que te acaricie y te dore la piel
es maravilloso.