Tanto debo de escribir
En tan dominante empresa,
Que mi mano ya está obsesa
De lo que debe seguir;
No me puedo permitir
Ignorar de esta gran mesa,
Ese tema o esa grandeza
Que yo deba compartir;
Puedo hablar de la locura
Que en mí nunca estará ausente,
O recordar la ternura
De aquella mujer ardiente,
O aquella simple aventura
Que se quedó en mí, presente…