Jesús Lantigua

HOMENAJE

Como reflejo del alma

cae el oleaje o sube,

quizás porque en una nube

se decida o no la calma.

Es la orilla donde empalma

sus mil formas con la roca,

más cuando la furia es loca,

bajo el viento la marea,

una y otra vez golpea

y se esparce cuando toca.

 

Y al asaltar iracundo

la cabalgata insegura,

el corcel  es hendidura

sin jinetes bajo el mundo.

En el abismo profundo

se mezclan el miedo, la ira.

La mirada ya no mira

entre las cuencas abiertas

y el mar encuentra las puertas

del pulmón que no respira.

 

Con su hermano en una estela,

mi padre tras un saludo,

adivinar nunca pudo

el destino del que vuela.

En el jardín a mi abuela

le marchitó tierna flor.

Y en la espera que a su amor

le nacieran mil antojos

le fue secando en los ojos

el manantial del dolor.