¿Cuántas historias soy testigo?,
¿Cuántas veces tendré que ser el narrador?,
¿Cuándo dejaré mi mundo de duro cristal?,
¿Cuándo el miedo a la vida desaparecerá?,
Mi pecho mantiene un peso,
Un respirar que inunda mis ojos,
Tal cual primavera que se derrite,
Tanto andar me restringe,
Cientos de noches y días,
Cientos de almas unidas,
Miles sonrisas y carcajadas,
Y no sé si me esencia esta allí reunida
Mantengo como un asombra,
Una de un eterno mudo,
Uno que se mueve como fantasma,
Ese que no deja huella en el suelo,
Así me quemo en el agua,
Que supura mi cuerpo,
Soy la cárcel del instinto,
Quien guarda los gritos,
una fosa de arrepentimiento,
Aunque no tenga nada porque hacerlo,
Y esta es la vida que no toca otras vidas,
La que murmura y no tiene salida,
Un ser que no conoce riesgos,
Que no apuesta por nada ni si mismo,
Uno que tiene miles de cuentos,
Uno que los cuenta de lejos,
Quien huye de toda compañía,
Pero luego se queja en silencio,
De lo que el mismo ha decidido,
De quien huye de un gran miedo...
Salir de sí mismo...