¡Vives México! en la piel de tus mestizos,
en el color de la cochinilla
con tu música todo el día
y el color de tus vestidos.
¡Vives México! en las cuerdas de henequén
y en la lengua del otomí,
en los murales de Rivera
¡en el sueño del tlatoani!
¡Vives México! Vives en mí
y en el tacto de tus frutos,
vives en el valor de tus valores
en la pulcritud de tus palabras.
¡Vives México! En el águila caudal que bravamente
reta a la serpiente enemiga
con el grito de guerra que reclama
¡libertad, patria y comida!.
¡Vives México! En el llanto de tu hija,
en la mancha de tu lábaro,
en el canto de tus labios que suenan
a olas que se quiebran en tus rocas.