Ambos pueden compararse, cómo no,
a los dos les gusta el cielo en libertad;
uno escribe poemas, tal como hago yo
y el ave lejos de la bandada en soledad.
Ambos ven las cosas desde cierta altura,
por eso más cerca del cielo pueden estar;
el poeta escribe y embellece su escritura
y el ave los cielos que libre ha de cruzar.
El viento de los dos es fiel compañero,
con aves y poetas son tantos los temas;
el ave con él tiene un vuelo placentero,
es ingrediente infaltable en los poemas.
El pájaro vuela por el cielo libremente
y como entre el sol y luna siempre vive,
no es extraño que en su vuelo de repente,
tropiece con versos que el poeta escribe.
El trovador habla acerca de lo que le pasa
o de vivencias de otros, de amor y olvido.
Un día cualquiera ya no regresa a su casa,
así como el ave, un día no vuelve al nido.
Es tanta la similitud por motivos diversos,
que aunque no quieras a veces los igualas
y en la mente cabe un ave haciendo versos
y se ve también un poeta abriendo sus alas.
Poema totalmente original de Álvaro Márquez
Nacido en Caracas, Venezuela
Todos los derechos reservados
Publicado el 7/9/2014
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