UN SUEÑO DE AMOR (CAPÍTULO II)
(Do Ros, sube las escaleras)
NARRADOR:
Sofía al pie de la oreja
quiere saber de Don Ros
y le pregunta a su madre
quién será este señor
la madre pues le dijo:
es Teniente de Navío
y con la base en Ferrol,
y que está en el Canarias
y piensa marcharse hoy.
Y galante de Don Ros
a la mañana siguiente,
desayunó bien caliente
y se acostó has las dos.
(Sofí y Don Ros se cruzan en las escalera)
Y la hija de la dueña
subiendo al cuarto mayor,
se quedó más que perpleja
al ver bajar a Don Ros.
La miró tan dulcemente
como la más bella flor,
con ojos resplandecientes
y con gesto abrasador.
Al llegar junto a Sofía
fue Don Ros quien saludó:
DON ROS:
¡Buenas tarde bella dama!
NARRADOR:
Y la dama respondió:
SOFÍA:
¡Buenas tardes,caballero!
¿Baja usted al comedor?
NARRADOR:
Mas Don Ros muy zalamero
a Sofía contestó:
DON ROS:
¡Qué hermosura ven mis ojos!
¡Qué divino resplandor!
¡Qué cielo más elevado!
¡Qué maravilla veo yo!
(Sofía sonrie)
NARRADOR:
Sofía con boca prudente
desconfía de Don Ros,
quiere saber sino miente
en el jardín del amor.
Ella con ojos lucientes
le preguntó a Do Ros:
SOFÍA:
¿A caso la pasión ardiente,´
son empujes del amor?
¿Quiénes sois gran caballero,
mas por qué me habláis así
tan meloso y tan requiebro
y con loco frenesí?
Si vos sois lo que decís
y lo que decís me mostráis,
me quiere usted decir
que me quiere cortejar…
DON ROS:
Eso es cierto,alma mía,
y si queréis os lo imploro.
¡No veis volar mi agonía
de amores hacia vosotros!
SOFÍA:
¡Oh!,Don Ros, yo tengo prisa
quiero ir al tocador
a dejar esta sortija,
y usted baje al comedor,
donde está mi madre Rita,
la dueña de la mansión,
cuidando las cosas mías
las que mi padre dejó.
DON ROS:
Pues os digo,bella dama,
que el aroma que lleváis
para mi es viva llama,
y el corazón me inflamáis;
mas no hallo en el la calma
cuando tal cosa respiro;
vos soy mi cándida lama
y mi último suspiro.
NARRADOR:
Sofía seguía mirando
muy alegre y sonriente,
porque acababa de ver
un amor puro y candente.
Y Don Ros muy sonriente,
hizo ademán de bajar,
Sofía soltó un pendiente
para dejarlo rodar.
El pendiente cayó al suelo
Y Don Ros bajó por él,
mas Sofía con recelo,
quiso cogerlo también;
tocando sus dedos tiernos
con las manos de Don Ros;
Don Ros miró para ella
y ella también lo miró.
Dijo Don Ros a Sofía:
DO ROS:
Veo en su rostro un amor
con dulce melancolía
y sus ojos son un sol
que llena el alma mía.
¿Quién os trajo a esta posada
Tan bella para soñar,
los sueños de verse amada
por alguien que sabe amar?
¿No seréis de este jardín
bella a flor encantadora?
¡Pues lucís como un jazmín
y oléis cual linda rosa!
NARRADOR:
Don Ros le besó la mano
y ya comenzó a bajar
Sofía,adiós con los dedos…
Y él mirando hacia atrás.
DON ROS:
Baje pronto que la espero
para verla junto a mí,
baje pronto que la quiero
y quiero que baje así. (sigue)