Juan Senda

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UN SUEÑO DE AMOR (CAPÍTULO II)

 

(Do Ros, sube las escaleras)

 

 NARRADOR: 

 Sofía al pie de la oreja

quiere saber de Don Ros

y le pregunta a su madre

quién será este señor

la madre pues le dijo:

es Teniente de  Navío

y con la base en Ferrol,

y que está en el Canarias

y piensa marcharse hoy.

Y galante de Don Ros

a la mañana siguiente,

desayunó bien caliente

y se acostó has las dos.

 

(Sofí y Don Ros se cruzan en las escalera)

 

Y la hija de la dueña

subiendo al cuarto mayor,

se quedó más que perpleja

al ver bajar a Don Ros.

La miró tan dulcemente

como la más bella flor,

con ojos resplandecientes

y con gesto abrasador.

Al llegar junto a Sofía

fue Don Ros quien saludó:

 

DON ROS: 

¡Buenas tarde bella dama!

 

NARRADOR: 

Y la dama respondió:

 

SOFÍA: 

¡Buenas tardes,caballero!

¿Baja usted al comedor?

 

NARRADOR: 

Mas Don Ros muy zalamero

a Sofía contestó:

 

DON ROS: 

¡Qué hermosura ven mis ojos!

¡Qué divino resplandor!

¡Qué cielo más elevado!

¡Qué maravilla veo yo!

 

(Sofía sonrie)

 

NARRADOR: 

Sofía con boca prudente

desconfía de Don Ros,

quiere saber sino miente

en el jardín del amor.

Ella con ojos lucientes

le preguntó a Do Ros:

 

SOFÍA: 

¿A caso la pasión ardiente,´

son empujes del amor?

¿Quiénes sois gran caballero,

mas por qué me habláis así

tan meloso y tan requiebro

y con loco  frenesí?

Si vos sois lo que decís

y lo que decís me mostráis,

me quiere usted decir

que me quiere cortejar…

 

DON ROS: 

Eso es cierto,alma mía,

y si queréis os lo imploro.

¡No veis volar mi agonía

de amores hacia vosotros!

 

SOFÍA: 

¡Oh!,Don Ros, yo tengo prisa

quiero ir al tocador

a dejar esta sortija,

y usted baje al comedor,

donde está mi madre Rita,

la dueña de la mansión,

cuidando las cosas mías

las que mi padre dejó.

 

DON ROS: 

Pues os digo,bella dama,

que el aroma que lleváis

para mi es viva llama,

y el corazón me inflamáis;

mas no hallo en el la calma

cuando tal cosa respiro;

vos soy mi cándida lama

y mi último suspiro.

 

NARRADOR: 

Sofía seguía mirando

muy alegre y sonriente,

porque acababa de ver

un  amor puro y candente.

Y Don Ros muy sonriente,

hizo ademán de bajar,

Sofía soltó un pendiente

para dejarlo rodar.

El pendiente cayó al suelo

Y Don Ros bajó por él,

mas Sofía con recelo,

quiso cogerlo también;

tocando sus dedos tiernos

con las manos de Don Ros;

Don Ros miró para ella

y ella también lo miró.

Dijo Don Ros a Sofía:

 

DO ROS: 

Veo en su rostro un amor

con dulce melancolía

y sus ojos son un sol

que llena el alma mía.

¿Quién os trajo a esta posada

Tan bella para soñar,

los sueños de verse amada

por alguien que sabe amar?

¿No seréis de este jardín

bella a flor encantadora?

¡Pues lucís como un jazmín

y oléis cual linda rosa!

 

NARRADOR: 

Don Ros le besó la mano

y ya comenzó a bajar

Sofía,adiós con los dedos…

Y él mirando hacia atrás.

 

DON ROS: 

Baje pronto que la espero

para verla junto a mí,

baje pronto que la quiero

y quiero que baje así.    (sigue)