Recuerdas el manzano vida mía,
aquel donde mi amor te prometí,
allí dos iniciales escribí,
el tronco lo refleja todavía.
Debió ser el amor que me invadía
que sobre ese manzano decidí
dejar mis sentimientos hacia ti
grabados y sellados ese día.
Sospecho que la idea fue brillante,
pues esas iniciales en madera
hicieron inmortal aquel instante.
Y quién no ha declarado a su manera,
amor con un grabado semejante
tal vez al despertar en primavera.