A Roberta le pesan las tripas
le duelen los talones
de caminar en chancletas.
Un silbido de angustia
desde el pecho que despierta
Despierta la vejez
en sus arrugas tiesas
que hieren a su rostro
como el arado hiere a la tierra
Y no gime.Ni llora.Ni chilla
un abismo de silencio
en su garganta se abre
Esplendor de otros tiempos
que arañan sus recuerdos
vagando sin sostenerse
como hoja movida por el viento
A Roberta le pesan las tripas
el corazón y su alma
le pesa la vida misma y
distraída la muerte, no la llama.-