Sé que ya no estás,
que hace incontables ayeres te marchaste.
Que entre tu isla y la mía
hay coordenadas de un adiós.
Éxodo que merodea por mis venas.
La llama que se aviva más
por bencina de los ojos;
pavesa que más arde distante de la brasa
rehusando ser ceniza.
¡Mas porque será!...
¿Por qué será que cuando alguien
de nuestras vidas se va,
lo hace siempre a medias?
Pues empacan su voz,
mas no los sentimientos.
Se llevan su presencia,
mas no los recuerdos.
Trasladan sus besos y caricias
dejando afanes en alquiler de vanos sueños.
Si te has de marchar,
llévatelo todo, pero no mi corazón;
¡a mi corazón , por favor, dejádmelo latiendo!