Duerme el viento arrullado en mis manos,
buscando cobijarse del eterno tiempo,
que no lo deja en paz ni un solo momento.
No lo ha acariciado ni tampoco besado
Solo lo ha aturdido y lo ha maltratado,
¡y el pobre viento parece asustado!.
Hoy llora en mi regazo sus penas del pasado
Y acomodándose en mis manos arrullado.
es un niño en brazos de su madre ¡ se siente amado!.
Humedece mi piel con sus lágrimas de viento
Como escribiendo un triste e infinito cuento…
Con los matices crises del eterno tiempo.
¡y Tu tiempo que nada en esta vida me has facilitado!
no me dejes aquí con el viento arrullado en mis manos
solo soñando ¡que mañana pude ser mejor que el pasado!.
Marta Luisa Eichelberger 2014