Marellia

De tu voz...cuando me recitas.

Me gusta verte dormida,

 así pequeña, casi indefensa

 con tus labios relajados,

en una imagen traviesa.

 

Cincelada tu figura

del claro oscuro al sepia

 en el musgo de tu pubis,

donde se bifurca el mundo

y comienza la odisea,

de mi materia inflamada

que se apaga cual pavesa.

 

 Casi no puedo creer

que parezcas una niña,

si me recreo en la hembra,

montada en brioso corcel

que se debate en pelea

 Tu cuello en arco entregado

a la flecha de mi lengua

 y los ojos dos ranuras,

pura flama de la hoguera.

 

 Casi una diosa pagana,

irreverente, soberbia,

transgresora y sensual,

tan mística y tan pequeña.   

Sutil aroma de inocente niña,

almizcle de encendida hembra,

afrodisíaco sin igual

que los sentidos despierta