Caminante
Pasos, que se apresuran...
hacia una carretera incierta.
Entre tanto, se detiene el caminante
para observar lo confuso de su trayecto.
Percibe que ya ha oscurecido,
y comienzan a aparecer
las primeras luces en el firmamento.
Le envarga la nostalgia...
Al ver que no ha llegado a ningún lado,
sólo la fe ciega, lo impulsa a seguir.
de pronto!, una mano amiga lo sujeta,
le dice: no tengas miedo, estoy a tu lado.
Juntos haremos más llevadero el camino,
-sonrie-, y dentro de su pecho
se asoma la alegría de la espera.
Espera que se traduce en un consuelo
a su alma agobiada por tanto andar.