Alguna vez tuve amistades reales con las cuales.
- Reímos, lloramos, cantamos, bailamos, corrimos, jugamos, conversamos, disfrutamos de la vida.
- Soñamos un mundo mejor y juntos.
- Las locuras eran cosas rutinarias y siempre disfrutábamos de ellas.
- La complicidad hizo que se ocultaran cosas que alguno había hecho.
- Por las diferencias de ideas que al madurar hizo que nos enojáramos.
- Me han hecho pensar para poder escribir esto.
Pero, esas amistades reales son como un castillo de arena, la erosión del tiempo lo ha deteriorado y ahora quizás solo queda ese recuerdo de algo lindo o hermoso que existió.