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Hoy volví a la cabaña,
Aquella donde te encontré aquella vez
Sentada junto al rio,
A la luz de la luna y las estrellas.
Hoy recordé,
Como aquella vez había lagrimas
Corriendo por tu mejilla,
Y de nuevo sentí tu dolor.
Recuerdo como te tome en mis brazos
Y te lleve junto a la chimenea,
Recordé lo frágil que te sentías,
Lo débil y cansado de tu corazón.
Recordé como nos quedamos abrazados
No querías que te soltara,
Y así pasamos la noche,
Juntos frente al fuego.
Recuerdo como en la madrugada
De pronto te levantaste,
Me miraste fijamente
Y me diste un beso apasionado.
Tu cuerpo temblaba,
No sé si por el frio, el cansancio,
O por esa necesidad que tenía
De amar y ser amado.
Quise hablar y no me dejaste,
Solo empezaste a quitar mi camisa
Mientras besabas mi cuello,
Y mis manos te buscaban.
No me había dado cuenta
Pero tu cuerpo ya estaba desnudo,
La ventaba estaba abierta,
Y la luz de la luna lo iluminaba.
Y te pude ver bajo esa luz,
Vi ese cuerpo de niña que tienes
Pude admirarte completa,
Por Dios, que hermosa eres.
Entonces te empecé a besar,
Primero tu cuello, tus hombros,
Empecé a bajar hacia tus senos
Y me detuve ahí por un momento.
Los empecé a besar,
Y sentí como te agitabas,
Sentí como endurecían,
Mi pulso se aceleraba.
Seguí besando tu cuerpo
Recorrerlo de arriba abajo
Tu vientre, tus piernas,
Tus caderas, tu sexo.
Llegue hasta el monte de Venus
Prohibido hasta ese momento,
Bebí de tu fuente de placer
Probé el sabor de tus entrañas.
Sentí como tu cuerpo temblaba
Sentí como te estremecías,
Y con voz apenas audible
Me pedias que te amara.
Y así siguió la noche,
Y llego el amanecer,
Solo la luna fue testigo
De aquella pasión desatada.
La comunión de dos cuerpos
De lo cóncavo y convexo,
Fundidos en uno solo
Tu cuerpo con el mío.
Aun recuerdo aquella noche
Que te encontré en la cabaña,
Cuando sentada junto al rio,
La luna te iluminaba.