A primera hora
da el sol sus primeros reflejos
y se lanza el ave al vuelo
olvidando sus congojas.
A primera hora
da el gallo su primer cantío
y muestran las flores el rocío
con ese llanto que en ellas aflora.
A primera hora
la luna hace retirada
y la mañana perfumada
desprende su aroma.
A primera hora
va el niño a la escuela
y en su mochila lleva
esperanzas soñadoras.
A primera hora
sale el adulto a cumplir jornada
para sentir su alma realizada
cumpliendo jornada agotadora.
A primera hora
te bendigo y te pienso
desde el mismo comienzo
en que nace la aurora.
A primera hora
desde que me levanto
le envío este canto
a tu alma toda.
-----------------
Autor; Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela