Acaricié tu cintura con la palma de mi mano
rocé tus labios con mi boca que moría;
porque tu boca y mi boca
en un beso se entre abrían…
tu nombre quedó grabado entre mis dedos
que tu seno acariciaban
tu nombre que no recuerdo
porque fuimos dos extraños.
En tu oreja se perdía mi lengua
como una sombra
mientras yo te susurraba
palabras que se desbordan…
palabras que son poema -algarabía en tu alma-
Se erizaban tus piernas y así cerrabas los ojos
sellando con un beso
mis insistentes palabras
por eso he de volver y sin recordar tu nombre
te sentarás a mi lado
me besarás en silencio
y, el embrujo de un poema - será reluciente verso-
Que muy cerca de tu oído
murmure cuánto te extraño.