La bella flor de su recuerdo
Llevo sobre mis fatigados pies
el molesto peso de mil años de ausencias,
el néctar dulce de su cuerpo en mi boca
y en mis sentido la bella flor de su recuerdo.
He mantenido en mis asombrados labios
el fruto fino de sus ardientes besos,
te he soñado inmaculadamente vestida de amores
y de nuevo me siento apasionadamente vivo,
pero al emerger la luz del día te marchas
y vuelve el peso de la ausencia
a posarse inclemente sobre mis pies desiertos.