He bordeado con mis labios los contornos de tu piel,
Y saboreado con mi tacto cada milímetro de tu tersura,
He dibujado con mis sentidos
Cada espacio de tu cuerpo,
Y resaltado cada curva de tu dulce virginidad.
He permanecido sentado viéndote acostada,
Para amarte en silencio,
Y besar tu cuerpo, en pausas anunciadas.
Tengo una suave tibieza en mis palmas,
Tibieza que le robe a tus intimidades
La cual recogí entre mis sueños y mis madrugadas,
Pero tengo el vivo recuerdo de tu cuerpo
Tan virgen de toda ansiedad soñada;
Tu cuerpo virgen,
Tu dulce virginidad,
Tu dulce aroma a piel no descubierta,
Tu tierno temblor al tacto de mis labios
Y al sensible rubor de mi aliento sobre tu espalda;
Tengo pausas en mi amarte,
Y en ellas resalto tu bello cuerpo,
Lo azul de tu sombra acostada,
Dibujando curvas, en una piel intocada,
Escondiendo rubor… de mis locuaces miradas.
Siento que te amo,
Y que en mi amable respiro a tus espaldas,
Siento que te adorno,
Con mis tiernos y ardientes besos,
Con mi suave y frágil abrazo…
Con mi amante pensamiento sobre tu cama.
Siento tu cuerpo virgen entre mis manos
Y juro no volver a tocar nada
Para llevarme en el sudor intenso de mis palmas,
El dulce aroma, de tu tierna y virgen alma;
Siento que te amo en silencio,
Sin decirte ni una palabra,
Para robarme el silencio eterno,
Del secreto de llevarme escondida,
La frágil memoria, de tu virginidad amada.
Siento que te amo en secreto,
Llevándome como tesoro en la memoria,
El secreto de tu virginidad,
Que anida entre mi cuerpo,
Y tu tibia almohada.