El tiempo va pasando sin volver atrás, el presente es lo que se tiene, debe abrirse paso a paso hacia adelante, la esperanza no se pierde, es el punto, es la meta, es la gota que no se seca, hasta encontrar la paz, la alegría, la felicidad, el deseo, el sueño, el amor.
La vida en cada etapa, va poniendo sus obstáculos, pruebas, que el ser humano tiene que ir rompiendo, batallando, escalando, sembrando y recogiendo su mejor cosecha.
Esperanza es amor, no hay que perderla es la que al corazón le da los latidos más tranquilos, al cerebro el conocimiento más profundo, al cuerpo las ganas de vivir y al mundo siempre la esperanza de un mejor mañana.
La cosecha que se siembra y los frutos que se recogen son el aire puro, tranquilidad, felicidad y ese amor que a diario se debe transmitir en el hoy, el mañana y el futuro.
Esperanza gracias, sin usted la mujer, el hombre, sus objetivos, metas, planes no existirían, es con paciencia y es en ella donde los deseos y milagros son la realidad, más hermosa de la vida.