Destello que transforma mi gris en arco iris,
me das, lo sé y la tomo, la dicha en tu mirar,
mirar ficticio y vacuo, tan lejos de lo vivo,
perverso logro efímero de genios impostados.
Cansado y triste vengo, no más que tú, poeta,
que piensas que la \"Luna\"
son tus versos con derechos reservados,
no más que el promotor de actividades,
que surgen, culturales, de la nada,
no más que el profesor de rostro amable,
que nunca fue capaz de pulir su sangre,
de moldear su vómito \"anglicano\",
no más que el sueño estéril
de las tristes escritoras de \"para bienes\",
bendiciones tan huecas como un beso en internet.
Sí, tan exhausto como el plomo desbocado
o la sonrisa inerte de un poema disecado.
Soy piel que siente el frío, el frío de esta noche eterna, que son todos los fríos.
Amor, simple y vital, te pienso y ya descanso,
descanso en el jardín silente... en lo perdido.
Perdido entre vulgares poemas de mi ocaso.