Le fui sobando desde el morro
hasta llegar a la grupa
fui disfrutando su poro
era una belleza pura
Sentí cada estremecimiento
mientras mi mano avanzaba;
intentó un trunco respingo
cuando mi mano cayó
sobre las anchas ancas
como caricia de fuego
Luego de acariciarle
cuello, brazuelos, espalda,
ijares, grupa, ancas y nalgas;
vuelvo sobando su pecho,
para llegar a sus labios
y me alisto pa montarla
que para eso hemos llegado;
ella tensa sus orejas
y acelera el resuello
sus ojos parecen lumbres
que quieren salir volando
Con las riendas prendidas
izo mi cuerpo al espacio
buscando colocarme
sobre esa hembra hermosa
que me ha traído la tarde
Siento bajo mi cuerpo
la incertidumbre
correrle por todo el cuerpo
pero palmeándole los lomos
pretendo decirle
acá tienes encima un hombre
que podrá ser tu amigo,
tu compañero,
o un caído para el olvido
Ella se va acomodando
y tras uno que otro respingo
que he de saber sortear
para no botado por esa hembra
que en diablo se ha convertido
Pero fuerza, paciencia y pericia,
cariñitos y piropos,
dichos y hechos
en el momento preciso;
saber amoldar mi cuerpo
al de esa beldad que intenta
mandarme a la otra orilla;
Miro a momentos que el suelo
se me aleja como al vuelo
y a veces casi lo beso
pero juro que ahora puedo
Y ya sudados los dos
ella se va acomodando
e iniciamos poco a poco
una rítmica cabalgata
que disfrutamos los dos;
sacude flores y matas
con el abanico de su cola
para darnos dirección
Cuando la respiración acompasó
y el tropelito era un son
volvimos por el camino
acariciando los cuerpos
cada uno del opuesto
Repetí el ceremonial
de acariciar todo su cuerpo
para entregarla de riendas
al que se pretende su dueño;
porque esa hembra ya sabe
cual es su natural potrero
donde podrá cabalgar
hasta pretender volar