Darío Ernesto

Corazon Tierno

Darío Ernesto Muñoz Sosa

Corazón tierno

 

En un enjuto rostro, sin risa de niño en los labios,

Poco  a poco  juventud que se ahoga en los leños olvidados

En la  corteza, aun yacen las magulladuras,

Corazones dibujados, tallados con rupestres manos

Con iniciales y el tiempo tierno,adolescente.

Y  aquella vieja higuera seguirá creciendo, longeva, espléndida

Y aquel niño se perpetuo en ese tronco,

Como  dos enamorados inscribiendo en la piedra

Junto al rio de sus almas

Y el tiempo paso

Como la corriente, de ese  Rio,

Testigo acuoso de  amores  en el  tiempo

¡Oh cabeza y quicio de este  cuerpo que gira junto con la luna!

Sin luz propia,

bella, a mis hijos.

He de pasar siendo  luz y sombra

En mi cuarto creciente, hasta en mi medio siglo menguante

¡Cuánto  el espíritu, ansia ser eterno en las palabras¡

Una vieja melodía

Que no pase de moda, o tal vez

Ser un poema leído por tus labios morenos

En la deliciosa voz de una  señorita  enamorada.

Ya suena pues lamelodia de los crujientes huesos

La muerte en una estación espera,

Para abrazarme con su  devorador fuego

Ya más,no

¿Que puedo pedirle a esta pasajera vida?

Si ser padre, escribir un libro, plantar un árbol, lo he realizado,

Hasta el fruto  de mis manos mi boca  ha deleitado

Del níspero maduro  mi esperanza  he regocijado.

Del nogal sacie mi sed de sombra,

a mis ojos he deleitado con un coro de florecillas blancas

adornado esta el patio, de cerezos, duraznero,

de brotes tempranos de la parra.

En mi mundo, mi corazón se siente satisfecho,

pues si me faltaron riquezas,

dios me regalo una compañera, y su abrazo

en las noches de pesadillas.

Enternecido de cariños,existes tierno corazón.

las  manitos  suaves de mis niños

es semejante a ver

 el mar por vez primera.

Rompiendo de suspiros, mi pecho

cuando atravesé  la cordillera

Nieve y  cielo El Aconcagua.

El rio más ancho de este mundo, rio de la plata, para mi

forastero muchacho, pisando arenas blanquecinas

de las costas de Uruguay,

pasear por las calles de Chile

de la mano, con una mujer chilena,

Pisando la tierra de los poetas eternos en mí

Todo bajo el sol  mi alma ha gozado

Pues  así  el  mundo aun  en silencio  me seguirá  acunando.

al cerrar mis ojos, contentos

pues todo pasa en esta vida.