El día comienza a clarear, nubes negras crecen en el horizonte, nubes de terror, nubes de locura que amenazan la cordura.
La mañana asoma furiosa, la tormenta descarga con ira relámpagos de incertidumbre, los truenos de confusión estallan en la cabeza, las dudas ofuscan la mente.
La lluvia cae sin contemplación provocando ríos de inestabilidad deslizando por la memoria cualquier atisbo de sensatez, provocando inundaciones de demencia.
La tarde empieza a refrescar, el pánico hace mella, tiritones de miedo encojen los huesos que hacen temblar los cimientos de la cordura.
El temor a la oscuridad de la noche hace que asomen los fantasmas del pasado y atormenten los sueños con pesadillas de dolor.
El día comienza de nuevo, el Sol sale rompiendo los nubarrones con intensos rayos de luz, su calor crea una niebla de vapores de lucidez, creando un arco iris de Paz.