Traducción de Alfredo Cernuda
Mis ojos se reflejaban en los espejos del agua del mar
y entonces toqué el infinito.
Mis mirada se ahogaban en las curvas de las olas
y así conocí el infinito.
Mis manos acariciaban la delicada superficie del mar
y yo sentí el infinito.
Mis brazos se alargaron hasta el cielo
y entonces yo abracé el infinito.
Mis labios besaron los rayos del sol
y entonces me penetro su calor infinito.
Mis pies caminaron sobre los granos de arena
y entonces supe por qué son infinitos.
Yo he viajado sobre la playa que se extiende sin fin
y mis pies tocaron el agua fría del mar,
mis delgados tobillos se emocionaron con el infinito
y saltando, golpearon las olas infinitas.
Mis sueños sonrieron en el infinito
y sólo entonces entendí tu amor infinito,
Cuando sonreíste y me dijiste \"Tú eres una poesía”.