Inicia mi masacre tras esta pared
Con el Sol custodio en triste atardecer
Observé sin gracia su cercanía,
Guardando en lo común, aquel día.
Cuando el Sol de verano amenazaba con caer
Miré al astro por nubes envolver.
Y reanudé entonces mi falsa palabra.
En viento infernal, carcajada macabra
Le convertí inconscientemente en mi guardián.
Abrazaba en él esperanza tal.
Que rompe en cosas que no ocurrirán.
Pero esa pobre esencia jamás mereció mal.
Pensé mi destino como el sólo observar,
Cayendo en la más lenta y dolorosa muerte
Y es que sólo me limito a verte,
Como un solitario frente al altar.
Inundé por mal mis puños en sangre,
Ahora ni la sombra de mi ser amable.
Sintiendo el crudo viento frío al caminar,
Sin compañía del Sol del este al andar.
Heme aquí frente a la lluvia a media tarde
Recordando aquello que fue verdad,
Pues este Sol por quien él arde,
Decidió darme la oportunidad
Digo adiós a esos días de noche eterna,
Que se entretejen de oscuro las tinieblas.
Pero invicta es la luz de mis mañanas
Cuando el reinando del dios Sol cierna.