En un día me elevaré tan alto
aunque sea una montaña baja;
aún en lo difícil ello por harto
de tanto peso encima sin falta
estiraré, pisaré hasta ser algo
que toque y logre cuidar alma
y tu cuerpo sin miedos fatuos,
sin penas, sin dolor, en calma;
cual roce cálido de tus manos,
como un cenit luciendo el alba,
o el suave vuelo de un Pegaso,
mi noche soñando tu mañana;
tanto pero tanto es que te amo
que, si no te alcanzo, será nada.