aprendiz de poeta

Dama.

Dama, perdóneme por ser tan desvergonzado,
aunque se que no es debido y que usted
es una dama, yo,  la sueño en mi cama.
Dama, usted es una persona culta
yo tan solo soy un pobre diablo
que no tiene derecho, ni a soñarla.

Déjeme decirle

Que quisiera ser del libro sus hojas,
el que con sus delicados dedos acaricia,
el que con sus bellos ojos repasa
renglón tras renglón, estrofa tras estrofa.

Quisiera que leyera la escritura de mi pecho,
letras indelebles que fueron escritas,
aquella primera vez, cuando la vi;

¡Mi señora bonita!

Mi corazón dictaminó que me enamorara de usted,
que pasara a ser mi obsesión, es que
acaparó mi atención, con su estampa sin comparación.

Perdóneme, si en mis noches febriles,
la imagino a mi lado, sintiendo como toda mujer,
cuando la rodean mis brazos. 

¿Es grosero? 

¡Quizás lo es! 

Pero soy un macho,al que hizo enloquecer,
al que lo retuercen las ganas:  

Ganas de saber,
como es usted siendo esa bella dama
que un hombre como yo, solo puede imaginar tener.

Como quisiera que usted declamára,
algunas bellas palabras de esas que suele leer,

y se las dedicara a este 

que con su pecho la proclama,
que su boca abriera, para pronunciar mi nombre,
se que sonaría ¡tan dulce! en su boquíta de miel.

Dama...

Mujer de otra galaxia,

abra para mi una esperanza,

que yo la seguiré

donde me lo pida usted.


Mónica.
Ruth Mónica Muñoz R.
Derechos de autor.
12/06/2014/