facundo valdez

PESADILLA DOBLE

Le quité el velo triste

a una página del Álbum

del recuerdo,

y en una foto que me diste

ví del cristal tranquilo

de tus ojos

brotar una lágrima brillante.

Juntáronse entonces las arpías

brujas de mi dolor

y apuñalaron el centro de mi pecho...

Muerto me ví y estaba vivo

en el recinto infinito de mi abismo,

y cuando quise, loco,

recobrar la calma

perdí la presencia de mí mismo.

La recobré

volando por oscuros planos

y sentí que la precaria

dulzura de tus manos

me asió del alma

y me sacó de los arcanos

devolviendo a mi espíritu la calma...

Al despertar ya había sol

mas aún así pensaba

en mis ecuaciones horrorosas

que solo muerto

encontraría la paz

que había abandonado el alma....

y Cristo venía

y se acercaba

al abismo de mis ojos,

pero al oler

mis fétidos despojos

hasta Él

se alejaba horrorizado.

Y pregunté a Satán:

¿por que me acosas?

y su risa fué un rictus espantoso

como el silbido

de una enorme Hidra..

¿Fantasía?.... ¡ nó....era real !,

y así tenía

a mi derecha el bien

y en la otra

la cola de Beliál.

Clamé entonces

 a los hoyos negros

que pueden digerir

hasta la luz

que me engulleran,

y entonces sí

tu voz surgió

clara y precisa

y mi alma a tu lado caminó

sumisa

saliendo del infierno

de mi yó.

 La espada del Señor

de siete filos

partió al demonio de la carne

y sus restos fueron puestos luego

en un lago de azufre

donde el fuego

saboreó

su inmunda presa

y sucedió que cimbrado en sus confines

el infinito se llenó del canto

de un billón de querubines...

Desperté, había cesado el  llanto,

se abrió la puerta

entraste tú

sonriente y luminosa

y me dijiste: ¿que te pasa?

y me abrazaste con dulzura

y eso hizo

que se hiciera en mi mente

la cordura,

tuve un sueño, te conté,

vil pesadilla

luego frunciste el seño

 para desdicha mía,

por que volví a la misma pesadilla

como jamás la tuve

ya que en vez

de tu faz con sonrisas de querube

te transformaste

¡EN EL ÁNGEL  SILENCIOSO DE LA MUERTE!