Mirad aquella sirena que emerge de los mares,
qué sobre blancas olas cantando está solita.
Camina por la playa cual musa de inmortales,
derramando lisura, garbo y gracia infinita.
¡Ah! quien pudiera ser pintor o poeta por estos lares,
para escribirle versos en esta playa bendita,
o plasmar su hermosura, so el lienzo azul de los mares,
¡de esta ninfa diosa, cual Venus Afrodita!
Que entre olas llegó cantando y cantando se va ahora,
entre peces de colores, barcas y el ocaso.
¡Para tornar mañana, cuando raye la aurora!
¡Afortunado sea aquel, quien se aferre a su brazo!,
-para irse con ella donde el alma mora-,
-¡Entre blancos sueños, al cielo de su regazo!-.
Iván Madueño Luján