Donaciano Bueno

¡Coño! (con perdón)

Estaba una mañana dulcemente

tumbado en una hamaca. Y me mecía

al ritmo de la brisa. Y de repente,

al suelo de la hamaca me caía.

 

Grité, sin darme cuenta que la gente

que estaba alrededor también lo oía:

¡coño! (perdón) y el aura inteligente

del eco esa palabra repetía.

 

Si sueñas es posible que tu mente

despierte y te de un susto cualquier día.

Procura que no sea de repente.

 

Que el golpe digerido lentamente

huella no dejará en tu bonhomía

logrando que tus formas adecente.