Vibrante,
sostenido,
con pulso acelerado,
tu verbo aguerrido
roba fracciones al tiempo…
Vas apartando
el rebaño de mis razones
con la seducción de tus dedos,
desalojando el refugio de mis suspiros…
Trazando para mí el trayecto
hasta ese infinito,
que pretende insistente
el corolario del deseo…