Si en vez de otoño,
Mi envejecido cuerpo
Herido por la afilada daga de los años,
La primavera
Con su fuerza vital,
Conmigo estuviera
En esta hora menguada de la patria,
Sumida en dolor, muerte y miseria,
No serían mis versos
Los que denunciaran ante el mundo,
Las atrocidades de un régimen político
Que en vez en cada joven un enemigo
Al que hay que volver polvo cósmico
Para que no proteste
Y acepte dócilmente
La arremetida feroz
De unas fuerzas públicas
Que asesinan y torturan impunemente,
Como si hubieran sido adiestrados
Por el mismo demonio.
Y es que actúan cual si fueran
Un ejército extranjero de ocupación,
Por la sevicia de su proceder,
La crueldad para reprimir.
Si fuera joven
No serían mis versos
Las armas de lucha contra la dictadura,
Sino un marcador
Y un micrófono
Para denunciar en cada porción territorial de Venezuela
Los crímenes de Chávez primero, y Maduro después.
Crímenes de lesa humanidad.
Crímenes de escasez para humillar al pueblo
Con una dádiva para tapar el latrocinio
Que volvió ricos a los resentidos sociales
Que gobiernan la cosa pública
Como propia.
Quizás me inmole en aras de la libertad de la patria,
Entregada criminalmente a Cuba, Rusia y China.
Pero mi prédica no será vana.
¡Muchos me seguirán en esa guerra desigual contra
Los monstruos que han carcomido
las entrañas del país!
Y vendrá al fin la libertad
Y quienes tienen licencia para robar y asesinar
Ocuparán las inmundas celdas del Sebin
Y Ramo Verde que abandonarán
Los héroes allí injustamente confinados.
¡Viva la libertad!
¡No más dictadura comunista!