Vida misma que nos vemos y no creemos ser nosotros,
no queremos reconocer, lo que pasamos cuando,
ya sabemos lo que es malo y peor.
Solamente recogemos lo que sembramos,
en el trayecto de aprendizaje,
cuando pensábamos que sabíamos que lo bueno era lo mejor.
El ahora tener que reconocer que es la vida misma,
la que nos cobra la factura, por nuestros errores.
Que no debemos culpar a nadie, por lo que nos pasa en el presente,
por que sólo es el resultado de las consecuencias de nuestras
acciones equivocadas que creíamos correctas.
Recluta de corazón.