Espero consciente y sereno el tímido deseo
que mi alma anhela en ese brote de ternura,
al fluir con tu presencia la sonrisa
que dibuja mi rostro y contagia a quien se acerca,
que después se torna en única, dulce y honda,
gratificante e incontenible sensación,
jamás percibida pero sí esperada,
en cúmulo de inquietudes que con frecuencia
provoca de adentro tal sentimiento,
¡Conseguido pensamiento!,
vocablo pronunciando sin reparo de mi boca,
reconocida y dulce realidad, que rebosa calma en este sentir,
después de aprenderte en templada
y serena alegría sin par, ¡es todo dulce amada!
todo es, por siempre:
SABERTE AMAR.
Autor. SSM-15-09-2014.