La lluvia me invita a pensar en ti.
Tus recuerdos llueven en mi memoria,
casi te tengo aquí,
en este instante de mi historia,
en este minuto de melancolía
que se extiende pretendiendo
prolongar nuestro encuentro
transparente
que va más allá de donde puedo ver,
de donde puedo tocar,
más allá de donde vuelvo a querer,
más allá de donde he logrado amar.
Despierto, por fin...y no estás.
pero te siento,
entonces mi beso recuerda tu beso,
mis ojos recuerdan tu mirar
y mi soledad tu ausencia,
otra vez tu ausencia.
Tu dices que estás en mi vida
siempre,
que sin tu presencia queda el recuerdo
y yo vivo de él...hasta morir.
Yo digo que lo importante
no es estar cuando se está,
si no, estar cuando más te necesito,
cuando la soledad oprime mi pecho,
y mi mano está vacía,
y mi abrazo está vacío,
y mi beso no logra ser beso.
Entonces...¿Crees que estás?
Dime...¿Crees que estás en
ese interminable instante?
¿Que tus recuerdos logran hacerte sentir?
¿Que la memoria logra hacerte venir?
¿Que la mente te transporta y logras estar?
¡No! Mil veces NO,
no estás, esa es la verdad,
pero no te imaginas
cuánto deseo que estés.
Derechos de autor por J. Plinio López S.