...Le vi el rostro a la dama
Y ya estaba arrugado,
Creo que había tardado
Por percances en drama,
No evité aquella trama
Acudiendo al rescate,
Vaya ruin disparate
El que estaba observando,
Y en el suelo llorado
Yo caí en el dislate
Y tomé entre mis brazos
A la pobre princesa
Sin dejarle promesa
Le di algunos vistazos,
Y le di unos abrazos
Apretándola fuerte,
Pero así era la suerte
De esa pobre bonita,
Vaya bruja maldita
Le había dado de muerte
Mi gigante afligido
Me dio tenue palmada,
Yo sentí que era nada
En instante abatido,
No se oyó ni un sonido
Solo un leve suspiro
Y escuchaba un respiro
De sus labios de fresa,
Sonrió la princesa
Y hubo allí un nuevo giro:
“Caballero valiente”,
Susurro ella en mi oído,
“Hoy de usted me despido
Con amor floreciente,
En mi pecho latente
Despertó un sentimiento,
Con mi último aliento
Quiero darle las gracias,
Deplorando desgracias
En tan triste momento”…
Y cerrando sus ojos
Se sentía gran duelo,
Porque el ángel dio vuelo
Sin rencores ni enojos,
Y en sutiles sonrojos
Me observó su mirada,
Y en su cara arrugada
Vi la esencia de un alma
Que asistía con calma
A una muerte anunciada
Y las hadas se unieron
En mi pálido llanto,
Y emprendieron un canto
Y el lugar encendieron,
Y del cielo trajeron
Una luz de una estrella
Y fulgió cual centella
En su chispa radiante,
Reviviendo al instante
A la anciana doncella
Y en un solo segundo
Despertó la princesa,
Apagando tristeza
De su sueño profundo,
Regresaba a este mundo
Por hechizos de hadas
Que cayeron cansadas
Por su cálido empeño,
Devolviendo el ensueño
En acciones trenzadas
La malvada hechicera
Una herida tenía,
Y la ingrata aún vivía
Y pensé: “que no muera”,
Dio mirada de fiera
Cuando fui a recogerla,
Pues quería ponerla
Frente al mágico espejo
Que le viera el reflejo
Y a princesa, absolverla
Y las dos reflejadas
En espejo dorado
Vieron rayo sagrado
Que les vio iluminadas,
Con las pieles cambiadas
Arregló el mal hechizo
Y el embrujo deshizo
Regresando el semblante
A la bella flamante
En momento preciso
Y la bruja malvada
En su triste agonía
Poco a poco moría
Y cayó derrumbada,
Mas la muy desgraciada
Tomó débil su vara,
Sin que yo lo notara
Lanzó un rayo flamante,
Y mi amigo el gigante
Lo evitó y dio en su cara
Y cayó desplomado
Por salvarme, mi amigo
Parecía un castigo
Ese ser tan malvado
Que no había acabado
Con cobarde batalla,
Vaya bruja canalla
Nos quería matar,
No paró de atacar
Con su vara de raya
La princesa fue al suelo
Y las hadas se oían,
Una a una caían
Como lluvia del cielo,
Y cual ave di vuelo
Y en un hábil reflejo
Tomé pronto el espejo
Evitando otro rayo,
Se agachó mi caballo
Y dio a bruja en pellejo
El espejo, entre prisas
Fue quebrado en fragmentos
Por ataques violentos
Cayó roto, hecho trizas,
Y en burlescas sonrisas
Esa vil traicionera
Se arrastraba hacia afuera
Muy cercana a la puerta,
Claudicó y yació muerta
Y cayó la hechicera
Pobres hadas heridas,
Pobre amigo gigante,
Por la lucha constante
Casi pierden sus vidas,
Vaya cosas vividas
En la guerra iniciada
Pero estaba acabada
En la acción de proeza,
Rescaté a la princesa
De esa bruja malvada
Celebramos suceso
A pesar del percance,
E iniciando un romance
Me dio gracias con beso,
Yo quedé como preso
En sus labios de miel,
Y rozando su piel
Me sentí enamorado,
Y caí arrodillado
Como príncipe fiel
Me asomé a la ventana
Y las nubes se fueron,
Las estrellas se vieron
En la aliada y anciana,
Al morir la villana
Se anuló el sortilegio,
Se le vio el rostro regio
Cual la luz de la Luna,
Se sintió con fortuna
De tan buen privilegio…
Hubo boda, hubo encanto
Hubo inmensa alegría,
Reinó en paz la armonía
Y acabó todo el llanto,
Y el amor con su manto,
Desterró a las espadas,
Y en estrellas pintadas
Dio jardines de rosas,
Y en versares y prosas
Narré un cuento de hadas…