Hijita querida, la vida
contigo es mucho más linda;
tú nos llenaste de besos,
de sonrisas y caricias...
ahora tiene sentido
y vale la pena vivirla.
Entre los juegos que inventas
y la ternura a que invitas,
pasan los días y días
en constante algarabía...
si quisieras que te explique,
te diría que no puedo,
que tal vez todo sea,
tan sólo porque Dios es bueno...
Te bendigo en su Nombre
y también por ti le ruego,
para que nunca te dañen
y tengas una vida plena...
Yo te prometo, mi amor,
ser para ti lo mejor,
apoyarte mientras pueda,
darte consejo y refugio;
porque como Él te envió
a mis brazos, a cuidarte,
voy a dedicarme sin pausa,
¡a protegerte y amarte!