Te escogí entre rosas y jazmines,
Mientras tú me destallabas entre cardos y alhelíes;
Hoy he visto tu jardín,
Aquel del cual nacieras,
Y entre espinas y perfumes,
Vi tu rostro en la pradera,
Como flor,
Como dulce hiedra,
Como pétalo de madre selva,
Deshojado en primavera.
Hoy he recortado perfume de tus flores,
Y lo he llevado con prisa hasta mi mesa,
He adornado a esta, con pan y con linaza,
Y te he servido fruta dulce, y muy fresca,
Esperando ver entrar sin prisa...
Tu dulce aroma tras de esa puerta.
Hoy he vuelto al Jardín del cual nacieras,
Y no hallo más ni rosas ni jazmines,
Y me siento para aromar mis labios,
Del amarillo intenso
De tu fresca hiedra.
Hoy mis labios se han posado,
Sobre espinas y hojas secas,
Hoy he vuelto a mi mesa,
Sin dátiles y sin linaza,
Hoy no te he de ver,
Mañana quizás tampoco,
Pero siempre esperaré…
Verte entrar y regalar aromas,
Aromas de tu jardín,
Aquel del cual nacieras,
Aromas que me recuerden,
Como en vida tú siempre eras;
Solo espero verte entrar…
Sin prisa… tras de esa puerta.