LUCIO ROBERTO RAMÍREZ GONZÁLEZ

TORO

Clavada tenía, en su viejo lomo, la espada,

por entre sus fauces corría la espuma,

saturada de rojo, llevando su ira,

un - quiero vivir - sonaba en su negra cabeza.

 - No ha llegado -, gritó otro carnicero escondido,

- no le ha llegado al corazón -, repitió,

- ¡¡ mierda, clávala !! -  sonaba otro cobarde,

metido tras unas tablas pintadas de blanco.

 

La persona, que llevaba el vestido de luces,

sacudió la capa, teñida de rojo,

el viejo toro sacudiendo la espuma,

matarlos quería, sin entender el ¿porqué?.

 

El  - quiero vivir -  nunca más sonó en su cabeza,

sólo era la ira, que salía y salía,

convertida en espuma, roja, brillante,

espuma, con ese maldito brillo de muerte.

 

Los escuderos, también monteros y violeros,

gritaron todos a una, - !! clávala mierda  ¡¡ -

mientras el cobarde vestido de luces,

danzaba una extraña danza, con olor a muerte.

 

El gran toro sacudía su negra cabeza,

queriendo zafarse la espada clavada,

pero, levantando más su lomo altivo,

abría sus enormes ojos de fuego vivo.

 

Unos extraños seres gritaban en platea,

!!Qué viva¡¡, !!qué viva¡¡, !!qué viva¡¡, !!qué viva¡¡,

como si alguien pudiera vivir así,

con una tremenda espada clavada en el lomo.

 

De pronto, el elegante y brilloso animal,

en una, detuvo sus patas fuertes, cortas,

agachó la cabeza, botó más espuma,

la misma espuma con brillo rojo de muerte.

 

Aprovechó el escuálido, vestido de luces,

su capa roja se tornó en amarillo,

pasos extraños, se acercó al animal,

de un sólo golpe terminó la espada ... de clavar.

 

El toro dio cuatro vueltas de furia encendida,

sin poder comprender ni cómo vivía,

continúo sus sacudidas, de espuma,

finalmente cayó, allí, en seco, sobre la arena.

 

Te acercaste a mirar, como queriendo saber,

si aun vivía, o, arrancar el alma mía, toda,

sin compasión, sin preguntarte siquiera,

¿Puede vivir con la espada metida en el lomo?

 

Continuaré siendo como el viejo toro, fuerte,

tú seguirás siendo aquel extraño ser,

vestida de luces, con capa de rojo,

con la espada escondida, esperando ... el momento.