Brilla muerte,
tan oscura es tu semblanza,
que mejor que alumbres hoy
la negritud de mi alma,
negritud de tiempos idos,
de ilusiones disecadas,
tanto olvido, muerte mía,
no lo abarcarán tus garras.
Habla muerte,
es tan hiriente el silencio
de tu noche sin mañana,
que prefiero tus gruñidos,
a la ausencia de palabras.
Muerte, que vienes de luto,
de blanco añil enlutada,
¿ se te murieron las penas ?
¿ se acabaron las desgracias ?.
No, muerte, yo no lo creo,
es tan solo la mirada
de mi corazón en llamas,
que huye de tu cariño,
que al árbol de la esperanza,
iluso, y casi dormido,
medio muerto se encarama.
Paco José González