Raúl Daniel

Voy a hacer algo por ti esta tarde

 

Voy a hacer algo por ti esta tarde:

voy a cerrar mi casa,

voy a ponerle candado

y viajar toda la noche

para llegar a tu lado;

me llevaré mi equipaje,

la ilusión y la esperanza,

recordando todo el viaje

que en una cita me aguardas.

 

También haré otra cosa

y también será por ti:

Voy a comprar unas rosas

y en un adornado ramo

le haré poner la tarjeta

con las palabras: “Te amo”.

 

Voy a hacer algo también,

que juzgo muy importante,

me detendré un instante

y orando con gran fervor,

rogaré a mi Señor

que te cuide y que te guarde

hasta mañana en la tarde,

en que he de darte mi amor.

 

Voy a hacer algo por ti,

que tú sabes que yo hago

y es traerte en el recuerdo

de los momentos vividos,

¡al estallar en mi boca

los ardientes y atrevidos

besos que me provocas!

 

Voy a hacer algo por ti esta tarde,

y aunque no quería hacerlo,

he decidido contarte:

que en mi decisión de amarte

poco has tenido que ver,

es algo que quise hacer

y si ello me causa daño,

tú no serás la culpable.

 

Tú, más no has podido darme

que todo lo que has sentido,

si poco he conseguido

deberé de contentarme;

si no me has valorado,

aún así no es poca cosa

(este amor que has despreciado);

¡nadie tiene amor más grande

que el que tengo para darte!

 

Quise amarte con el alma

y también darte mi vida...

y a pesar de ese daño

que me haces y tú sabes,

voy a amarte y amarte,

hasta mi sangre he de darte;

¡puedes beberla en la herida

que provocas al dañarme!

 

Voy a amarte y amarte,

no me importa lo que hagas,

por mentiroso que sea,

por lo ruin o lo cobarde,

denigrante o doloroso...

¡lo que sea he de perdonarte!

 

Ya no me importa el sufrir,

 el sufrir es la manera

en que tengo que vivir;

y voy a hacerlo por ti,

¡es mejor morir de amor,

ya que de algo hay que morir!

 

Y no voy a escatimar

todo el esfuerzo que pueda,

aunque poca fuerza queda

a mi corazón cansado,

y este amor despreciado,

que ardiendo quema en mi pecho,

que es tajo, es sollozo,

abertura, carne viva:

¡será la bandera altiva,

que tremolaré orgulloso!

 

Voy a hacer algo por ti

y lo comenzaré esta tarde:

te amaré sin condiciones

y nunca podrás dejarme

¡y aún no será motivo

el que no puedas amarme!

 

Mi dulzura y la pasión

que sé que gozas de mí

y que te tienen atada,

aunque no sea enamorada

y no puedas serme fiel...

con mi amor no has de poder,

¡parecerás embrujada!

 

Una cosa portentosa

ha sucedido esta tarde,

me mentiste, estafaste

y humillándome dejaste

mi corazón destrozado...

pero él, aún sangrando,

¡ya te había perdonado!

 

¿Será qué puede alguien más

soportar el sufrimiento,

este que he soportado?:

Que después de tanto honrarte

con éste, mi amor  tan santo

y con rosas y poemas

atenderte y halagarte,

tú, en fragante engaño,

inventando una reunión

de trabajo, ¡a otra cita

te fuiste la misma tarde,

para echarte en otros brazos!

 

...Voy a hacer algo por ti,

aunque sea lo último que haga:

voy a amarte y perdonarte

y voy a orar por tu alma

y voy a golpear del cielo,

las puertas, hasta que abran...

si en esta vida te pierdo,

tenerte en la otra quiero...

¡Porque siempre he de amarte!