Voy a hacer algo por ti esta tarde:
voy a cerrar mi casa,
voy a ponerle candado
y viajar toda la noche
para llegar a tu lado;
me llevaré mi equipaje,
la ilusión y la esperanza,
recordando todo el viaje
que en una cita me aguardas.
También haré otra cosa
y también será por ti:
Voy a comprar unas rosas
y en un adornado ramo
le haré poner la tarjeta
con las palabras: “Te amo”.
Voy a hacer algo también,
que juzgo muy importante,
me detendré un instante
y orando con gran fervor,
rogaré a mi Señor
que te cuide y que te guarde
hasta mañana en la tarde,
en que he de darte mi amor.
Voy a hacer algo por ti,
que tú sabes que yo hago
y es traerte en el recuerdo
de los momentos vividos,
¡al estallar en mi boca
los ardientes y atrevidos
besos que me provocas!
Voy a hacer algo por ti esta tarde,
y aunque no quería hacerlo,
he decidido contarte:
que en mi decisión de amarte
poco has tenido que ver,
es algo que quise hacer
y si ello me causa daño,
tú no serás la culpable.
Tú, más no has podido darme
que todo lo que has sentido,
si poco he conseguido
deberé de contentarme;
si no me has valorado,
aún así no es poca cosa
(este amor que has despreciado);
¡nadie tiene amor más grande
que el que tengo para darte!
Quise amarte con el alma
y también darte mi vida...
y a pesar de ese daño
que me haces y tú sabes,
voy a amarte y amarte,
hasta mi sangre he de darte;
¡puedes beberla en la herida
que provocas al dañarme!
Voy a amarte y amarte,
no me importa lo que hagas,
por mentiroso que sea,
por lo ruin o lo cobarde,
denigrante o doloroso...
¡lo que sea he de perdonarte!
Ya no me importa el sufrir,
el sufrir es la manera
en que tengo que vivir;
y voy a hacerlo por ti,
¡es mejor morir de amor,
ya que de algo hay que morir!
Y no voy a escatimar
todo el esfuerzo que pueda,
aunque poca fuerza queda
a mi corazón cansado,
y este amor despreciado,
que ardiendo quema en mi pecho,
que es tajo, es sollozo,
abertura, carne viva:
¡será la bandera altiva,
que tremolaré orgulloso!
Voy a hacer algo por ti
y lo comenzaré esta tarde:
te amaré sin condiciones
y nunca podrás dejarme
¡y aún no será motivo
el que no puedas amarme!
Mi dulzura y la pasión
que sé que gozas de mí
y que te tienen atada,
aunque no sea enamorada
y no puedas serme fiel...
con mi amor no has de poder,
¡parecerás embrujada!
Una cosa portentosa
ha sucedido esta tarde,
me mentiste, estafaste
y humillándome dejaste
mi corazón destrozado...
pero él, aún sangrando,
¡ya te había perdonado!
¿Será qué puede alguien más
soportar el sufrimiento,
este que he soportado?:
Que después de tanto honrarte
con éste, mi amor tan santo
y con rosas y poemas
atenderte y halagarte,
tú, en fragante engaño,
inventando una reunión
de trabajo, ¡a otra cita
te fuiste la misma tarde,
para echarte en otros brazos!
...Voy a hacer algo por ti,
aunque sea lo último que haga:
voy a amarte y perdonarte
y voy a orar por tu alma
y voy a golpear del cielo,
las puertas, hasta que abran...
si en esta vida te pierdo,
tenerte en la otra quiero...
¡Porque siempre he de amarte!