Castiga, Señor, al funcionario corrupto
Que ha llenado sus alforjas con el oro
Sustraído de las arcas públicas
Para sentirse poderoso
Aun a costa del hambre del pueblo.
Castiga, Señor, al general
Que con los dineros públicos
Y el narcotráfico
Se ha llenado de riqueza mal habida.
Castiga, Señor, al juez indigno
Que utiliza su autoridad
Para juzgar al inocente
Y perdona a los corruptos,
Asesinos y masacradores
De estudiantes que levantan
Su voz de protesta, inermes, contra el
Pichón de dictador Nicolás Maduro
Y antes contra el sátrapa Hugo Chávez Frías.
Castiga, Señor, al policía
Que utiliza sus armas para robar
A quienes debía proteger
Y asesinar a la población
Que quiere vivir en libertad.
Castiga, Señor, a los boliburgueses
Causantes de la escasez de alimentos
Y de medicinas en Venezuela.
Castiga, Señor, a quienes, por temor a la verdad,
Censuran las noticias, asesinan y persiguen a periodistas,
Clausuran medios de comunicación social
Y te niegan con sus actos.
Castiga, Señor, a Diosdado Cabello,
Por mentir impunemente al afirmar
Que al demonio Chávez los venezolanos
Lo quieren tanto como a tu siervo José Gregorio Hernández.