El calor de las sábanas
trae consigo el susurro de tu piel
pronunciando mi nombre,
desvistiendo mi sombra
en el interior de tus sueños…
A lo lejos,
coincidente fiel y seductora,
mi alma conduce tu pensamiento
y mis dedos consienten una caricia,
agitado arpegio de tinta,
que deslumbra al silencio…
Le invita a consignar
la brevedad de tu ausencia,
como claro esplendor de humanidad dormida,
penetrando el valle consciente
de la inocencia verdadera…