La fuerza del amor llegó a mi cama
con ímpetu bañado en un sueño azul
de la mano de un niño de ojos cerrados
y una mujer sonriente dientes de algodón.
Estaba claroscuro en la noche,
había en el cielo un extraño vendaval
aires que soplaban insolentes la almohada
estrellas que bajaban hasta el balcón.
Por un momento perdí la senda
conducente directo al corazón
fue una voz en el cielo que dijo
tienes en tu lecho la fuerza del amor
El niño abrió suave sus azules ojos
se fundió en un abrazo bajo una canción,
desperté absorto con un rayo de luna
que temblaba inquieto en mi interior.
© Emig Paz