La alegría propia la he perdido
y aquella que es del mundo es mi alegría
hoy soy solo un recipiente que devuelve igual que un eco
esas risas que a lo lejos
cantan sus algarabías.
La alegría la he perdido
y vivo como un muñeco
que se alegra de pecho seco
cuando alguien lo acaricia.
La alegría la he perdido
sin tu lecho
ya no late aquí en mi pecho
ha partido
no es noticia.
Es un hecho
que ella huyó a campo traviesa
con su amante la tristeza.
De la mano y me dejaron
con el alma de una pieza.
Alma de piedra
corazón de maleza.
Tierra sin sol.