Antes el paisaje era tan solo mío,
pues yo solo lo contemplaba;
Por cierto,era tan solo un crío,
y el amor aun no llegaba.
Mi mundo no era muy ancho,
pero era lo suficiente,
y es que no estaba consiente
que el amor cuelga de un gancho.
¡Pero llegaste tú, bella como un lucero
y desprendiendo mil olores!,
y sufriendo cien temblores,
me animé a decir: ¡Te quiero!.
A partir de ese momento
mi vida nunca fue igual,
supe del amor su mal,
su dulzura y su tormento.
Del paisaje todo mío,
que amaba mi corazón,
solo quedó una fracción,
cuando dejé de ser crío.
Autor:Bernardo Arzate